Nuestra capacidad para el lenguaje es innata pero no así nuestro conocimiento sobre cómo funciona . A este solo accedemos por el estudio y, en numerosas ocasiones, el saber intuitivo que como hablantes de una lengua tenemos choca con el que adquirimos fruto del estudio y la reflexión. La intuición y la persistencia de conceptos equivocados estorban el aprendizaje de algunos fenómenos lingüísticos a nuestros alumnos. Se podría pensar que el hecho de que la capacidad para el lenguaje sea una dotación biológica jugaría a favor del estudio y la comprensión de la gramática, pero, evidentemente, esto no tiene por qué ser así y, de hecho, no lo es. Una cosa es saber andar porque tenemos la capacidad para ello y nos han enseñado a hacerlo, y otra es conocer por qué somos capaces de ello y cómo lo logramos. Caminar y Anatomía son distintas cosas. Lo mismo sucede con hablar y Gramática. Que seamos capaces de hablar no nos garantiza saber cómo lo hacemos ni cómo funciona el lengu...
Un blog dedicado a la didáctica de la lengua y la literatura